Por: Diana María Ramos Sierra*
Entrada recuperada del 20/ junio/ 2016
Mi nombre es Diana María Ramos Sierra, tengo 35 años. Soy Administradora de Empresas Agropecuarias. En el momento en el que me encaminé en esta carrera me di cuenta que me esperaba el doble de trabajo y estudio solo por el hecho de ser mujer. Infortunadamente esta sociedad es machista y la carrera que escogí aún más; de 27 estudiantes, cinco éramos chicas y tuvimos que lidiar con un ambiente muy difícil, pero finalmente y sin ningún contratiempo me gradué para luego encontrarme de frente con la vida real. No me pude ubicar en el sector porque soy mujer. El primer requisito en las ofertas laborales era “Se necesita hombre”, muy triste, pero lo cierto es que podemos abrirnos camino.
Después de una crisis económica y emocional muy fuerte en el año 2.007 mi padre me pregunta qué es lo que me gusta hacer a mí, yo reflexiono y le digo que me encantan los perros, ¡los amo!, él me contesta “ok entonces trabaja con los perros” y fue así como mi padre, con todo el esfuerzo que representa una crisis económica, me apoyó costeando un curso de peluquería canina y comenzamos con el negocio mi madre y yo.
En Bogotá, en un conjunto residencial cerrado, en el patio de la casa arrendada en la que vivíamos, con tan solo una mesa de madera, unas tijeras y un secador que nos regaló una amiga, comenzamos a trabajar.
El 17 de abril de 2.008, con la fuerza y la energía de mi madre, mi expectativa y proyección, nació Peluquería Canina Eskalibur (nombre de mi perro muerto, hacía 2 meses). La idea de negocio empezó a crecer y a madurar en el camino. En el año 2.010 nos trasladamos a la ciudad de Facatativá, rentamos un local pequeño en donde posicionamos nuestra nueva razón social ya registrada ante cámara de comercio como Spa K´nino. Hoy en día contamos con una base de datos de más de 2.500 perrunos y gatunos de Facatativá y sus alrededores, nuestras instalaciones son ahora mucho más amplias para brindar un mejor servicio y confort a los hijos de cuatro patas de las familias colombianas.
Spa K’nino me ha permitido trabajar en lo que amo, compartir mucho tiempo con mi madre, estar más presente en la formación y crianza de mi hermoso hijo, ser emprendedora y brindar empleo directo e indirecto a muchas personas. Si en este momento tuviera la opción de volver a empezar, elegiría ser emprendedora; no es nada fácil, hay que tener mucha perseverancia y disciplina, pero no es imposible, para mí es lo mejor que me ha pasado en la vida.
* Directora de Spa k’nino
