Furas Colombia

Influenciable o influenciadora

Por: Ilse Peña*

Entrada recuperada del 22/agosto/2016

 

¿Qué tipo de influencias nos afectan más como mujeres? ¿Permitir la influencia de imaginarios familiares y sociales tradicionales es el resultado de una cultura machista? ¿La influencia de estos imaginarios impide nuestra realización personal y como profesionales? Cuando evitamos que nos influencien con los imaginarios mencionados, ¿nos discriminan? Si perseveramos en metas en las que no contemplamos dar vida a esos imaginarios, ¿es posible realizarnos en lo personal y profesional? ¿Es conveniente filtrar que tipo de influencias recibimos como mujeres emprendedoras?

Hoy por hoy no nos presionan para que dejemos de trabajar -un solo sueldo no alcanza, o, la opción es un solo sueldo-; familias y sociedades nos presionan para que no nos quedemos de por vida sin hijos o solteras, para que asumamos el rol de esposas, mamás, las labores domésticas y la crianza, y todo esto sin dejar de trabajar, por lo cual la meta de seguir estudiando se hace inalcanzable o requiere de sacrificios que implican una vida sin salud y sin tiempo para la familia, para nosotras. La oportunidad de elegir vivir solas o acompañadas, con o sin hijos al parecer es un riesgo para concretar la idea de “una buena vida”, aún y lo que sucede; recordando uno de tantos hechos, el 30% de los menores de 15 años en Colombia viven solo con su mamá, según la organización Colombia Diversa.

Aunado a lo anterior, un estudio de Forbes para el año 2016 revela que el 21% de las mujeres americanas ejercen sus profesiones como jefes. En el país, de acuerdo con Adecco Colombia, las mujeres que tienen estudios universitarios cuentan con mayor presencia en cargos directivos con un 19%, y gerenciales con un escaso 9%. ¿Cuántas de estas mujeres fueron influenciadas para asumir una vida con la que era prácticamente imposible hacer parte de los porcentajes mencionados? ¿Cuantas han sido alentadas para desertar de una carrera profesional prometedora? Posiblemente todas. ¿Qué hicieron para seguir adelante? ¿Y las demás por qué no lo logran? ¿Podremos cumplir nuestras metas cuando dejemos de poner atención a la presión de tener un hijo, de tener otro, de casarnos?

Los dedos de mis manos no alcanzan para enumerar cuantas personas me han influenciado. Lo que me queda a la fecha es cada experiencia adquirida debido a una influencia “positiva” o “negativa” y que asumo como aprendizaje. He reconstruido la noción que tengo de la realidad cuando me han influenciado para “bien” o para “mal”. Dar paso a esta reconstrucción puede brindarnos un feedback o retroalimentación de lo que hacemos, de quienes somos, de que hemos sido capaces, de aquello que tenemos que reconsiderar, pero sin duda, de cómo aprender a filtrar que o quienes nos influencian para mantener el foco en nuestras metas.

El 19% de las mujeres directoras y el 9% de las mujeres gerentes no la han tenido fácil. Con el tiempo aprendieron a escoger de quien o de que dejarse influenciar, y a la postre se convirtieron en influenciadoras debido al tipo de influencias que escogieron recibir; se convirtieron en influenciadoras por sus actos, su experticia, su nivel de confianza en ellas mismas.

Estas palabras se las dedico a Luisa Fernanda, una adolescente que como muchas desea salir adelante en un país en donde lo primero que tenemos que hacer como mujeres es asumirnos valiosas y fuertes para conseguir lo que queremos, aprender a filtrar que o quienes nos pueden aportar conocimientos y percepciones que nos ayudarán a pensar con propiedad, descartar cumplir las expectativas de los demás y escoger ser influenciadoras cuando nos sintamos preparadas para serlo.

 

* Cofundadora del Colectivo Furas, Fuerza de Mujer. Abogada y Directora en Slegalespp

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